Allí se congregaron los verdaderos amantes del atletismo,
a los que ni un cielo plomizo ni unas nubes que no paraban de llorar, ni los
charcos ni el barro dejaron en casa. Allí estaban puntuales, correteando por el Parque de La Asomadilla, gozando de una de las vistas más espléndidas de la
ciudad. Fue el único momento de relax, el calentamiento. Es esta carrera tan
bonita como dura. Corta (unos 6.300 metros), pero con continuas subidas y
bajadas, a lo que se sumó un incómodo barro que dejó a los atletas bañados de
marrón.
En la salida, muchas ganas de empezar
--"¡venga, que me enfrío!"-- y ansias por coger un buen sitio, por lo
estrecho de la pista --"¡cuidado, que te sales!"--.
Las tres vueltas al circuito fueron
trepidantes. No dejaba de llover, pero eso no fue un impedimento para que
Antonio Ruiz Gómez hiciera segundo de su categoría, ni para que Wellintong debutara con nosotros, por cierto grandes cualidades las de este chico.
40 minutos más tarde, cuando todo parecía que había acabado, se escuchó la voz del Presi. "¡Venga Welli que ya llegas!". Al fondo, dos siluetas, una al trantan y la otra empujándola. "Está esperando a que escampe", bromeaban en meta. Y Welli, antes de cruzar la línea se paró e hizo un gesto de tranquilidad. "Pero si yo no tengo prisa"... Y entró. Justo en ese instante aparecía el sol. Pero solo unos segundos.
40 minutos más tarde, cuando todo parecía que había acabado, se escuchó la voz del Presi. "¡Venga Welli que ya llegas!". Al fondo, dos siluetas, una al trantan y la otra empujándola. "Está esperando a que escampe", bromeaban en meta. Y Welli, antes de cruzar la línea se paró e hizo un gesto de tranquilidad. "Pero si yo no tengo prisa"... Y entró. Justo en ese instante aparecía el sol. Pero solo unos segundos.
Habéis ido a la nocturna de Córdoba?. Buenos tiempos?.
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